Procesión y Mercadillo en la celebración del Corpus Christi

El pasado domingo, 2 de junio, nuestra comunidad parroquial quiso centrar la celebración del Corpus Christi en la vivencia de la Eucaristía y de la solidaridad.

Para ello, además de la Eucaristía en San Juan y en Santa María de la Vega, tuvimos una procesión en la iglesia de la Vega. Al finalizar la Misa, nos dirigimos, con la Custodia -bajo el palio que sujetaban cuatro hombres de los que habían asistido a Misa- hacia la puerta de los salones parroquiales, bien escoltados por un grupo de niños y niñas que este año habían recibido su Primera Comunión (este año han sido noventa niños los que han recibido este Sacramento por primera vez en nuestra parroquia), donde nos esperaba un altar, en el que hicimos una pausa para adorar a Jesús Sacramentado y para recibir la Bendición. A continuación, proseguimos nuestra procesión con la Custodia por la avenida de Colón hasta dar la vuelta y regresar hasta la iglesia por la puerta principal situada en la plaza del Paseo de La Habana.

Nada más terminar la procesión, tuvo lugar el Mercadillo, en el que se vendieron no solo los variados objetos que había aportado la gente de la parroquia, sino también rosarios hechos a mano por los cristianos de Tierra Santa, circunstancia por la que pudimos conocer la situación tan dificultosa que está viviendo esta comunidad, minoría cristiana que habita en una sociedad marcada por los conflictos entre las dos mayorías sociales de Tierra Santa: el pueblo judío y el pueblo palestino.

Esta minoría cristiana, prácticamente invisible en dicha sociedad, vivía hasta este momento casi exclusivamente del suministro de sus trabajos artesanos a los peregrinos de todo el mundo que asistían a los santos lugares. Por eso, en estos años en los que las peregrinaciones han quedado suspendidas, lo están pasando realmente mal al haber desaparecido su fuente de trabajo y de ingresos. Y, sin embargo, ellos desempeñan un papel importante, no solamente testimonial, sino también transmisores de un mensaje y un testimonio de paz dentro de esa realidad de enfrentamientos.

Por eso, la recaudación de este Mercadillo se destinaba a la Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada, para sufragar gastos de los campamentos para niños de la guerra en Siria, Líbano e Irak.